¿Dispuesto a vivir?

Vivir significa enfrentarse a la vida. Reir, discutir, sentir. Enfadarse y alegrarse. Opinar. Aceptar y rechazar. Vivir comprende un término base: luchar. Desear no morir. Querer seguir adelante siempre. Vivir significa querer vivir bien. No dejar que el tiempo pase y morir deprimido. Intentemos hacer que nuestra vida sea mejor. Hablemos... No sé, ¿de vivir?

viernes, 18 de marzo de 2011

Lujuria


Todo ser humano tiene ciertas debilidades las cuales no puede controlar: algunos comen chocolate, otros escriben compulsivamente, ciertas personas cantan y luego, entre muchas otras cosas, está cierta mayoría en la que me incluyo la cual disfruta de lo más natural en este mundo, el vicio más divertido, el sexo.

De vez en cuando debemos dejar que nuestras más bajas pasiones y nuestros deseos más ocultos salgan a la luz y nos dominen. Permitir que la lujuria nos invada y abandonarnos a los placeres carnales. Reprimirse es bueno siempre que se haga con medida, de ahí el hecho de ser necesario, en ocasiones, de perderse en uno mismo y dejarse llevar.
En el caso del sexo todo depende de la importancia de la que se le dé a esa pequeña palabra de cuatro letras y de diversas significaciones. En mi caso el sexo es un juego, algo no difícil de conseguir a niveles de normalidad pero muy complicado de hallar la persona con la cual combines que te permita llevarlo a la excelencia. Sin embargo hay otras personas que tienen el sexo en un pedestal, elevado a la máxima potencia, impidiéndose el hecho de disfrutarlo por temor a equivocarse y hacerlo con una persona que no es adecuada. En mi opinión tanto mi postura como la de la gente que lo sobrevalora son igual de pésimas, aun que veo peor la suya, a fin de cuentas es solo sexo.
La lujuria es divertida, pero controlada. Cohibirse demasiado te impedirá disfrutar, mientras que liberarte en demasía hará que todo pierda el sentido, como me ha sucedido. E ahí mí problema, que se lo que es el sexo y lo que me aporta. Menos mal que descubrí lo que es el amor y lo que ese sentimiento le aporta a la pasión, porque para bien o para mal acostarse con alguien a quien quieres es muchísimo mejor y se disfruta más aún que lo haga peor que otros.

Supongo que esa es la cuestión que me trae de cabeza ahora, que tras saltar de cama en cama y ver lo que el amor sazona el sexo ahora ya no me sirve cualquiera. Puedo hacerlo, claro, pero como el que se come una onza de chocolate, el placer debe de ser similar a tirarse a un cualquiera. Así que nada, supongo que me toca esperar a que esa persona que me haga hacer el amor con la lujuria característica y con el sentimiento necesario aparezca. Aun qué últimamente no se que me pasa, podría acostarme con multitud de hombres atractivos pero no, estoy esperando a que alguien me de conversación. Al parecer en este instante de mi vida me da más placer saber que tantos quieren acostarse conmigo y casi ninguno lo hará pues me he vuelto accesible a muy pocos, de echo, ahora no soy accesible a ninguno. Cosas de esperar a alguien que merezca la pena.

En el fondo soy todo un romántico.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bueno, pues a esperar toca entonces, ya aparecera la persona adecuada ya lo veras.