¿Dispuesto a vivir?

Vivir significa enfrentarse a la vida. Reir, discutir, sentir. Enfadarse y alegrarse. Opinar. Aceptar y rechazar. Vivir comprende un término base: luchar. Desear no morir. Querer seguir adelante siempre. Vivir significa querer vivir bien. No dejar que el tiempo pase y morir deprimido. Intentemos hacer que nuestra vida sea mejor. Hablemos... No sé, ¿de vivir?

lunes, 6 de agosto de 2012

Vive



Sientes que hay algo mal. No importa, lo sobrellevas. Los vacíos de tu interior, repentinamente, pasan a estar llenos. No es que encuentres algo o alguien que los llene ajeno a ti, no. Lo que ha sucedido es que te has encontrado y esa necesidad se ha apaciguado. Dejas de necesitar a alguien, dejas de necesitar sentir algo. Te tienes a ti.

En multitud de ocasiones lo he dicho, mejor solo que mal acompañado. La vida es corta, o eso dicen, aun que teniendo en cuenta que podemos llegar a vivir una media de ochenta años, podemos reconocer que será corta a nivel histórico, pero ochenta años dan para mucho, demasiadas lágrimas y sonrisas.

El truco para una vida plena es sencillo. Haz lo que quieras, cuando quieras y como quieras. No trates de intentar agradar a los demás o de llevarte bien con todo el mundo, eso es imposible, si no te has dado cuenta todavía ya te darás cuenta. Así que haz lo contrario y en vez de buscar a alguien que te haga compañía intenta encontrar a alguien de confianza y, si por lo que sea, te sientes solo, mírate al espejo. Esa es la persona de confianza que necesitas, es la persona que te va a acompañar durante toda la vida, la que va a estar contigo en lo bueno y en lo malo, aquella que nunca te va a abandonar.
Esa persona que ves en el reflejo del cristal es a la que tienes que intentar alegrar. Es la única en toda tu existencia a la cual debes permitir juzgarte, que te eche una buena reprimenda y a la que debes hacer caso, puesto que es la misma que siempre estará ahí.

Haz que tu vida en general merezca la pena ser vivida. Que cuando llegues a esos supuestos ochenta años y mires atrás puedas sonreír y alegrarte de todas las cosas que viviste, de todas las locuras y tonterías que hiciste, tanto buenas como malas, puesto que todas son experiencias necesarias que nos convierten en lo que somos.
Hay días que te sentirás mejor, otros te sentirás peor y, en ocasiones, puede que te sientas solo. Pero no te preocupes, no lo estás, mírate al espejo, te tienes a ti. De verdad te digo que todo lo malo se pasa, al igual que normalmente lo bueno tiene un fin, todo es cuestión de rachas, pero eso no debe dejar que te eches para atrás.

Vive. Disfruta de la vida y sonríe, especialmente sonríe.

1 comentario:

Pájaro del norte dijo...

¡Buena entrada! Es cercana a una reflexión que he hecho recientemente, y hemos llegado a prácticamente la misma conclusión. Hay que vivir de acuerdo a tus principios, haciendo lo que quieres en cada momento, siendo dueño de tu vida para que, cuando llegues a los ochenta (o esperemos que más, ¿por qué no?) puedas volver la vista atrás y saber qué siempre has obrado como creías más correcto.

De nuevo, buena entrada. ¡Un plumífero saludo! :)