¿Dispuesto a vivir?

Vivir significa enfrentarse a la vida. Reir, discutir, sentir. Enfadarse y alegrarse. Opinar. Aceptar y rechazar. Vivir comprende un término base: luchar. Desear no morir. Querer seguir adelante siempre. Vivir significa querer vivir bien. No dejar que el tiempo pase y morir deprimido. Intentemos hacer que nuestra vida sea mejor. Hablemos... No sé, ¿de vivir?

viernes, 4 de febrero de 2011

No sé quién eres


Cae la noche. Las nubes se desplazan en todas direcciones mientras el viento, trémulo, agita la hierba bajo mi cuerpo. El cielo anaranjado cubre las inmediaciones, permitiendo a la bella oscuridad dilucidar su belleza oculta. La luna emerge y junto a su lírico brillo sus eternas compañeras, las dulces estrellas. Alzo mi brazo sin dejar de vislumbrar el embelesador espectáculo mientras una sonrisa taimada lustra mi tez. No estás. La hierba fría recibe mi cálido gesto evaporando la armonía. No estás y lo que es peor... No sé quién eres.

Hace cuatro años aproximadamente hice una tregua con cierta persona y una declaración de intenciones la encabezó: Mataríamos a Cupido. Dentro de tres días es mi cumpleaños, y dentro de diez viene ese santo al que tanto aborrecí en su día y al cual le hubiera soltado cierta cantidad de improperios y dedicado multitud de formas de mutilamiento entre otras técnicas de provocar dolor. ¿Por qué tanto amor hacia dicho individuo? Porque lo que Cupido nos da, Cupido nos lo quita.

Hace cuatro años descubrí lo que era el amor. Un amor extraño, un amor de dudosa naturaleza y el cual, hasta mucho tiempo después, no descubriría lo que había significado para mí. Aquella persona se quedó un pedazo de mi corazón y no sería hasta hace unos meses que otra persona volvería a quedarse otro segmento de mí.

El sentimiento del amor, cuando es verdadero, es la cosa más bonita que puedes experimentar. El problema es cuando se quiebra y te destroza. No puedes hacer nada para evitar que llegue ese momento, cuando tiene que llegar, llega. Aún sigo buscando el amor definitivo, esa persona que en vez de quedarse un fragmento me arranque el corazón y se lo quede para sí. Suena dramático, pero en el fondo soy así.

Si miro atrás no puedo odiar a Cupido. No me arrepiento de haber sentido, de haber amado, que lo niegue es otra cosa. Reconocer haber sentido el amor es declararte débil, pues es el sentimiento más poderoso que puede apabullar a una persona. Sin embargo, no podría aborrecer a ese pequeño ser que va en pañales y que porta un arco por un simple echo, hacerme conocer personas capaces de entenderme y personas merecedora de ser recordadas en mi memoria hasta la fecha de mi defunción.

Es en estos lúgubres instantes, en los que la gélida hierba enturbia mi alma inundando la hermosura de la noche, provocando un abrupto vacío en mí interior, es cuando puedo sentir cierta repulsión hacia el hijo de Afrodita. Quiero y deseo eufórico que estés ahí, que al alzar mi brazo mi mano acaricie tu torso pero, todo esto tiene un inconveniente, no sé dónde estás, y algo más importante, no sé quién eres.

3 comentarios:

Beoryy dijo...

Madre mía casi me haces llorar. Cada día me sorprende más cómo escribes, HAZ UN LIBRO jaja.

No te derrumbes
Eres fuerte, tú puedes Confessor :)

Ana Moral dijo...

Puffff como escribes tio...casi suelto una lagrimita en medio de clase!!!...ánimo y un beso guapo!!

Anónimo dijo...

q bonito como siempre niño, bueno ya enocntras el amor autentico. ;)