¿Dispuesto a vivir?

Vivir significa enfrentarse a la vida. Reir, discutir, sentir. Enfadarse y alegrarse. Opinar. Aceptar y rechazar. Vivir comprende un término base: luchar. Desear no morir. Querer seguir adelante siempre. Vivir significa querer vivir bien. No dejar que el tiempo pase y morir deprimido. Intentemos hacer que nuestra vida sea mejor. Hablemos... No sé, ¿de vivir?

martes, 30 de abril de 2013

La tara temporal


No importa cuánto te esfuerces en algo, siempre habrá algo que hará que se fastidie e incluso todo ese empeño puede ser el detonante de algo que no esperabas venir.

La vida gira, da vueltas y avanza sobre sí misma y por encima de nosotros. El tiempo pasa a la misma velocidad, sin ser conscientes de cómo las cosas cambian sin prácticamente darte cuenta, sin poder hacer nada para evitar su curso.

Llevo un par de semanas en la oscuridad, por decirlo de alguna manera digna. Cuando eso sucede me da por escribir, como ahora. Resulta curioso como la expresividad va ligada a los extremos, la mayoría de mis entradas van sobre la superación de malos momentos, el compartir la felicidad de los buenos y el recordar que no importa qué suceda, al final del día, estamos solos.

He aprendido que las discusiones son absurdas a menos que ambas partes deseen solucionar el problema. De otra manera el asunto se convierte en una verborrea de palabras dañinas, insultos y faltas de respeto de las cuales, al final, nos arrepentimos y, más que arreglar la situación, destruyen los pocos atisbos de algo bueno que podía quedar.

Quizás mi actitud en general con esto se vea como una forma de huir a los problemas, pero todo lo contrario. Cuando alguien a quien aprecio me hace daño o yo mismo hago algo que pueda perjudicar a otra persona, lo doy todo por solucionar lo sucedido, siempre que esa persona muestre ese sentimiento de querer arreglarlo. Sin embargo, si sé de forma premeditada que una discusión va a desembocar en más problemas que soluciones o que dicha persona no muestra más que indiferencia pago con la misma moneda: no me molesto.

Los últimos años de mi vida he perdido a muchas personas, ganado a otras y puedo contar con los dedos de las manos las que permanecen a mi lado. Esas personas son las que desafían al tiempo, las que rompen la temporalidad de lo corriente luchando contra lo habitual, fortaleciéndose ante los cambios y, por suerte, manteniéndome a su lado, haciéndome participe de sus vivencias y, así, alimentando las mías.

La gente que de verdad importa siempre estará ahí y esta entrada, en el fondo, va para ellos. Gracias por seguir a mi lado, servir de paño de lágrimas y potenciar mis carcajadas. Sin vosotros, no sería quien soy.

1 comentario:

Lady Lolita dijo...

Personas como tú son las que hacen falta en este mundo, con alma y corazón, con alegría... Siempre daré gracias por haber ido, hace años, a Carnaval y haber conocido a alguien tan especial, tan grande.