¿Dispuesto a vivir?

Vivir significa enfrentarse a la vida. Reir, discutir, sentir. Enfadarse y alegrarse. Opinar. Aceptar y rechazar. Vivir comprende un término base: luchar. Desear no morir. Querer seguir adelante siempre. Vivir significa querer vivir bien. No dejar que el tiempo pase y morir deprimido. Intentemos hacer que nuestra vida sea mejor. Hablemos... No sé, ¿de vivir?

martes, 10 de abril de 2012

Estoy




Así es como te sientes cuando ya no queda nada en tu mano que puedas hacer. Todas las historias tienen un inicio y un final y, en la vida, por desgracia, no existen los finales felices.

Al igual que la gente va y viene, los sentimientos hacen lo propio. A día de hoy no sé que esperar de la vida, que puedo pedirle. Ando sin rumbo, los días se han convertido en una mera sucesión de acontecimientos. No hay alegría ni tristeza, llanto ni euforia, se trata de un sentimiento de acomodamiento. No esperas nada, simplemente confías en que algún día todo cambiará, algo sucederá que cambiará tu mundo, ya sea a mejor o a peor.

De eso se trata, de no esperar, de no pedir, de no querer recibir. Puede sonar triste el punto en el que me encuentro, pero creo que es necesario. Para dejar de sentir hay que llegar a ese punto, ese momento en el que todo deja de significar algo y pasan a ser meros acontecimientos que se mueven a tu alrededor sin transformar nada a su paso.

Ya no lloro, ya no sonrío. Simplemente estoy. Quizás lleguen días mejores, a lo mejor sin más un día me despierte y todo cambie. Sé que dicen que para conseguir algo es necesario luchar por ello. No voy a luchar por mi felicidad. Tras tantas batallas luchadas y tantas guerras perdidas me quedo en el simple hecho de conformarme. Si tiene que pasarme algo bueno, me sucederá y si he de pasar por algo malo, igualmente vendrá a mí. No se trata de perder la esperanza, al contrario, se trata de contar con ella como último recurso, no buscándola, no pidiéndola ni exigiéndola, simplemente aguardándola.

Nadie dijo que vivir fuera sencillo.

2 comentarios:

Beoryy dijo...

Que razón Dani, PRECIOSO.

Anónimo dijo...

Deux ex machina: la figura literaria/teatral del factor externo (un descubrimiento, un suceso, una deidad, un salvador) que aparece para arreglar la trama y generar el desenlace final de la historia dejando todo en su lugar. Viví dos años esperándolo, y jamás llego. Hace unas semanas entendí que no existe el Deux ex Machina, que somos nosotros mismos.

Hace apenas unas semanas se suicidó un amigo (por motivos y detalles que no describiré, lógicamente). Esto fue lo último que le dije cuando me decía cuan deprimido estaba. Fue entonces cuando descubrí que yo era mi propio Deux ex Machina, y que el, luego, demostró no haber encontrado el suyo ni siquiera al final.

"Desde que nacemos tenemos dos opciones, rendirnos y seguir. Pero luchamos por salir, por crecer, por alimentarnos, por aprender, por los nuestros, por lo que nos gusta, por aquello a lo que aspiramos... Por todo. Todo es caos, lo que para uno es equilibrio y paz para otro puede ser lo contrario, y en cualquier caso, nada dura para siempre. Todo esta siempre en movimiento y vivimos siempre batallando, ya no nosotros, sino nuestro cuerpo, nuestras células... y eso, (nombre de mi apreciado amigo), es lo que hay que seguir haciendo. De ti depende en su totalidad el aceptarlo poco a poco, batallar y cargar con ello, o rendirte. Dentro del puto caos y entropia que es la existencia de las personas y todo el mundo en si mismo, dentro de todo esa mierda, conflictos, y cosas contra las que no podemos luchar pero que tenemos que aprender a sobrellevar y asimilar (¡fagocitar!), creo... Y esto a veces cuesta verlo y sentirlo, pero creo... que hay belleza y cosas por las que vale la pena despertarse, ponerse la armadura y salir a luchar, día tras día, aunque las montañas de mierda sigan creciendo... Llegará un día en el que habremos evolucionado para superarlas sin problemas y seguiremos en continua mutación frente a otras cosas que vendrán, sea lo que sea... Honestamente, yo tambien flaqueo, como el que mas... Hay días en los que el mundo es demasiado y me recluyo en mi mismo y no hablo con nadie, con miedo a todo lo que sucede ahí a fuera... Pero en el fondo (a pesar del caos del día a día, y mira que hay cosas que tememos que sucedan) sólo le tengo miedo a una cosa. Y es a abandonarme a mi mismo. Una vez lo hice... Lo hice y ahí si que lo pasé mal... Realmente quería morirme, no tuve ganas de vivir y pensé y maquiné varias formas en las que podría morirme sin que fuese tan complicado... Pero nunca estuve tan loco para llegar a hacerlas. Me recluí en mi celda mental poco a poco y me dejé podrir... perdí las ganas de vivir, de sentir, de pensar, de tener contacto con nada... Era como sumirse en un sopor, algo que te ronda y absorbe todo, que embota tu cerebro como una droga y hace que poco a poco seas como un ser que sólo respira y se alimenta, apenas pocas cosas más...

Por suerte, conseguí salir. La gente que me quiere y aprecia, me dio ese empujón, y desde entonces solo espero que nunca vuelva a abandonarme a mi mismo, porque una vez reflexionas y vives el dentro y el fuera... Definitivamente vale mas la pena seguir luchando cada dia aunque tengas que tragar lagrimas del tamaño de océanos mientras lo haces, pero siempre, siempre, hay algo detrás de cada problema que sirve de recompensa y ayuda a seguir batallando. Y créeme, hay batallas que tenemos ganadas a veces sin saberlo... Es sólo cuestión de quitarle la venda a los ojos y asimilar la solución.