¿Dispuesto a vivir?

Vivir significa enfrentarse a la vida. Reir, discutir, sentir. Enfadarse y alegrarse. Opinar. Aceptar y rechazar. Vivir comprende un término base: luchar. Desear no morir. Querer seguir adelante siempre. Vivir significa querer vivir bien. No dejar que el tiempo pase y morir deprimido. Intentemos hacer que nuestra vida sea mejor. Hablemos... No sé, ¿de vivir?

domingo, 11 de marzo de 2012

Punto y final


La vida te sorprende. Siempre hay épocas en las que estás más hundido, en las que un bache en el camino se convierte en un barranco insalvable. La gente es muy propensa al drama, y yo, como vividor empedernido, más. No es una excusa por tener sentimientos, se trata de una explicación, a mi manera, de mi forma de mostrarlos.

El tiempo nos hace más sabios, pero cuantas mas experiencias acumulamos mayor es nuestra coraza. A día de hoy mi coraza se ha ido al traste de nuevo. Hecho de menos los días en los que nada me afectaba, en los que todo me daba igual, en los que no me importaba lo que la gente pudiera hacerme por que lo importante era yo. No se trataba de un egocentrismo absurdo que eclipsara al resto del mundo, solo se trataba de mirar por mí antes que por nadie.

Hace unas semanas me tocó vivir la experiencia más romántica que he tenido en mi vida, o al menos eso han dicho la gente a la que he podido contárselo, y quiero explicárosla aquí.

No me enamoro con facilidad, pero cuando lo hago tiembla la tierra. Tanto es así que tras bastante tiempo volví a contactar con alguien de mi pasado, abrí mi coraza y mi corazón y le recordé, por si se le había olvidado, que le quería. Su respuesta fue curiosa. Lo primero que hizo fue decirme que no quería hacerme daño, pero que no se lo ponía fácil. Cuando alguien empieza así, prepárate, por que la hostia que te va a alcanzar va a ser de proporciones de melodrama griego. Lo siguiente que me dijo es que no podía volver a verme, no si le seguía queriendo. Fue escuchar eso y no, a diferencia de lo que creeréis no lloré. Cerré mi coraza con sutileza nuevamente y tiré de sinceridad para responderle: Bueno, entonces espero que te vaya bien la vida, por que si el requisito para volver a verte es dejar de amarte, créeme, no nos vamos a ver nunca.

Ahí termino todo. Fue en ese instante en el que supe que por fin todo había acabado. No importaba lo que hiciera o lo que pensara, esta historia había llegado a su fin.

Tras eso, poco ha acontecido en mi vida. He continuado sereno, sin las gilipolleces de antaño en las cuales tras eso me habría acostado con la mitad de Madrid que me queda por visitar. Ahora no sé lo que me depara la vida. He encontrado un par de cosas resplandecientes en el camino, pero ya sabéis lo que suele suceder, todo lo que resplandece no es oro, y yo, con mi suerte, he de toparme con la chapa más barata del mercado, vamos, que ni cobre para los gitanos. Pero oye, quizás estoy hablando demasiado rápido, que nunca se sabe, quizás por una vez haya suerte… O quizás no.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Como siempre, me dejas sin palabras. Hoy más que nunca, pues esta entrada podria haberla escrito mi propio corazon que no se diferenciaria mucho. Espero que ese objeto reluciente, sea oro de verdad :)