Sientes que hay algo mal. No
importa, lo sobrellevas. Los vacíos de tu interior, repentinamente, pasan a
estar llenos. No es que encuentres algo o alguien que los llene ajeno a ti, no.
Lo que ha sucedido es que te has encontrado y esa necesidad se ha apaciguado.
Dejas de necesitar a alguien, dejas de necesitar sentir algo. Te tienes a ti.
En multitud de ocasiones lo he
dicho, mejor solo que mal acompañado. La vida es corta, o eso dicen, aun que
teniendo en cuenta que podemos llegar a vivir una media de ochenta años, podemos
reconocer que será corta a nivel histórico, pero ochenta años dan para mucho,
demasiadas lágrimas y sonrisas.
El truco para una vida plena es
sencillo. Haz lo que quieras, cuando quieras y como quieras. No trates de
intentar agradar a los demás o de llevarte bien con todo el mundo, eso es
imposible, si no te has dado cuenta todavía ya te darás cuenta. Así que haz lo
contrario y en vez de buscar a alguien que te haga compañía intenta encontrar a
alguien de confianza y, si por lo que sea, te sientes solo, mírate al espejo.
Esa es la persona de confianza que necesitas, es la persona que te va a
acompañar durante toda la vida, la que va a estar contigo en lo bueno y en lo
malo, aquella que nunca te va a abandonar.
Esa persona que ves en el reflejo
del cristal es a la que tienes que intentar alegrar. Es la única en toda tu
existencia a la cual debes permitir juzgarte, que te eche una buena reprimenda
y a la que debes hacer caso, puesto que es la misma que siempre estará ahí.
Haz que tu vida en general
merezca la pena ser vivida. Que cuando llegues a esos supuestos ochenta años y
mires atrás puedas sonreír y alegrarte de todas las cosas que viviste, de todas
las locuras y tonterías que hiciste, tanto buenas como malas, puesto que todas
son experiencias necesarias que nos convierten en lo que somos.
Hay días que te sentirás mejor,
otros te sentirás peor y, en ocasiones, puede que te sientas solo. Pero no te
preocupes, no lo estás, mírate al espejo, te tienes a ti. De verdad te digo que
todo lo malo se pasa, al igual que normalmente lo bueno tiene un fin, todo es
cuestión de rachas, pero eso no debe dejar que te eches para atrás.
Vive. Disfruta de la vida y
sonríe, especialmente sonríe.
1 comentario:
¡Buena entrada! Es cercana a una reflexión que he hecho recientemente, y hemos llegado a prácticamente la misma conclusión. Hay que vivir de acuerdo a tus principios, haciendo lo que quieres en cada momento, siendo dueño de tu vida para que, cuando llegues a los ochenta (o esperemos que más, ¿por qué no?) puedas volver la vista atrás y saber qué siempre has obrado como creías más correcto.
De nuevo, buena entrada. ¡Un plumífero saludo! :)
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