La vida cambia, las cosas a veces van a mejor y otras, por
suerte o desgracia, van a peor. En ocasiones es una suerte que las cosas vayan
mal, te ayuda a que puedas descubrir la verdad, a ver qué es lo que hay mal en
ti y en tu entorno. No quiere decir que haya algo que no pueda arreglarse, sino
que se trata de poder observar con atención que has dejado de lado o a que has
pasado a prestarle una menor atención de ti y, a partir de ahí, intentar
remediarlo. Muchas veces nos esforzamos por conseguir cosas absurdas que no necesitamos
y malgastar energías en ello nos puede resultar en unos dolores de cabeza que no
nos merecemos.
Al final del día estamos solos. Partiendo de esta regla creo
que lo adecuado es que hagamos que nuestra vida gire en el hecho de sentirnos
bien, de ser un poquito más felices. No se trata de tirarse a los brazos de
doscientas personas que no conocemos para llenar ese vacío, no, se trata de que
nos encontremos, nos conozcamos y, cuando llegue la noche, podamos sonreír.
Porque nos tenemos a nosotros y hemos sido fieles a los principios que hemos
construido, como muy pocas personas pueden lograr. Quizás conseguir esto sea
complicado, de hecho es una tarea muy difícil pero, como tal, no es imposible.
Conócete, alégrate de ser quien eres, se feliz mostrándote a
los demás como quieres y, ante todo, aleja de ti todo lo negativo. A lo largo
de tu vida habrá personas que por su carácter harán que tus energías, tu salud
física e incluso tu estabilidad mental se tambaleen. No las tengas cerca,
aléjalas. Mira a tu alrededor y busca a todas aquellas personas que te hagan
feliz, que con solo una frase te hagan sonreír. Quizás sean pocas, pero esas
son las que tienes que valorar y luchar por mantener.
Cuando estés solo, no pienses en lo malo, no pienses en los
problemas ni en aquellas personas que, sea a propósito o no, te hagan daño. No.
Piensa en las cosas buenas, en aquellas personas que te hacen la vida más
llevadera. Quédate con lo que te dan y asegúrate de devolvérselo con creces.
Pues la vida pasa e irremediablemente tenemos que basarnos en los pequeños
detalles para seguir adelante.
La vida es complicada, si fuera fácil al salir a la calle
todos sonreirían y, si miras a la gente de tu alrededor, esas personas son la
excepción. Así que, ¿Por qué no intentar sonreír? Aprende a quererte y, al
final del día, cuando estés solo, sonríete. No permitas echarte de menos.