No puedo evitar sorprenderme de
la facilidad de la gente para enamorarse, sí lo sé, antiguamente yo también era
así, creo que por fin he superado mi enfermedad. Realmente no sé si ese es el termino correcto, el de enamorarse, o si debería de
usarse uno más vulgar del estilo encoñarse, pero bueno, ese no es el punto de
esta reflexión.
Cada vez que entro en una red
social hay alguien encontrando al amor de su vida, de la misma forma que hay
alguien mandando al garete a su pareja actual. Sin embargo hay algo aún más
abundante, la gente perteneciente a la calle de los corazones rotos. Resulta asombrosa
la cantidad ingente de personas con el corazón roto que hay por el mundo, pero
si ahondas un poco más y entablas conversación con esa persona te darás cuenta
de algo, no es un corazón roto, es un corazón que lleva más carrera encima de
la que debería tras una sucesiva vida de roturas, plagada de relaciones cortas
pero enamoramientos de película. ¿La culpa? No sé si realmente hay algún
culpable, quizás sea culpa de El corte inglés y su facilidad para pintar el
amor, quizás sea culpa de las películas y de los libros, en las cuales el amor
parece la meta primordial en la vida. Mi opinión reside en que la culpa es de
las personas. De todos esos que están solos, no por estar solos, sino por temor
a seguir estándolo.
Siguiendo a varias personas en
estos últimos años he sido consciente de que han tenido más parejas estables
que polvos, cosa que no llego a entender. Lo de pareja estable es una forma de
hablar puesto que han cambiado de novio cada tres meses, cual reloj, no sé en
que punto una relación llega a alcanzar su estatus de estabilidad. Pero
volviendo al tema adivinad que tenían en común todas esas parejas estables que
les han acompañado en este tiempo, una tras otra cual fichas de dominó… ¡Todas
eran la definitiva!
Esperamos demasiado de la vida,
lo que provoca que cada palo sea mayor que el anterior. ¿La solución al desamor?
Fácil: No enamorarse. Aun que realmente eso es imposible, el amor está en
nuestra esencia, pero hay una cosa que ayuda a no enamorarse, al menos no cada
cinco minutos. Quiérete. Ámate más de lo que nadie vaya a quererte nunca y, de
esa forma, vas a descartar a cientos de personas que no van a quererte lo
suficiente como tú te quieres y así ahorrarás en más pedazos de corazón roto. Algún
día, va a aparecer alguien, alguien al cual no estés buscando, por que es
cierto, si buscas el amor no aparece, lo fuerzas y, cuando eso sucede, siendo
claro, se jode. Ya sabes el dicho, no busques al amor de tu vida, busca el
polvo de tu vida. Es por ello que necesitas quererte y no buscar el amor, por
que ese alguien va a llegar a amarte incluso más de lo que tú te amas y,
entonces y, solo entonces, sabrás que esa es la persona y podrás entregarte.
Actualmente estoy soltero, y no,
no estoy feliz y radiante por encontrarme en esta situación, pero estoy
tranquilo. Tranquilo por que sé que algún día aparecerá alguien y, si por la
razón que sea no aparece nadie, será por que nadie va a conseguir quererme lo
suficiente. Los amores descafeinados nunca acaban bien y, sinceramente, como el
tiempo me ha demostrado mejor solo que mal acompañado, que un corazón roto
tarda demasiado en sanar.