Pensaba entonces escribir una entrada en este blog nombrando a cada una de esas personas haciendo mención a aquello que han podido aportarme a lo largo del año. Sin embargo, según empecé a escribir descubrí que hacer algo así es innecesario, ellas ya saben quienes son y saben como han podido ayudarme, saben lo que significan para mí y saben que pueden contar conmigo, tanto amigos como familia.
Tengo suerte de tener cerca a gente que me comprende, que se preocupa por mí, personas a las cuales puedo llamar realmente amigos y sobre las cuales puedo decir bien alto que estoy orgulloso de que estén en mi vida. Mi mundo no sería el mismo sin ellos, por suerte valen su peso en oro y no puedo más que desearles lo mejor y pedirles que me permitan seguir a su lado para ver como todas sus metas se hacen realidad.
Me han ayudado a valorar más mi vida, a saber que merece ser vivida de la mejor forma posible, a creer en mí, a saber de lo que puedo llegar a ser capaz, han conseguido que mi corazón encuentre nuevas formas de ser llenado, me han ayudado a quererme a mí mismo y a valorarme, han sabido estar ahí en los peores momentos y en los mejores y, por eso mismo esta entrada es una especie de regalo de Navidad para ellos, que mejor que estas fechas para recordarles cuanto les quiero, lo siento, iba a regalaros iPads a todos, pero no me dieron un presupuesto a tiempo, tendréis que conformaros con esto.
Quiero dejar constancia con esto y espero que sirva de alguna manera para tranquilizar a aquellos que pensaron que mi integridad física y mental en estas fechas pudiera verse afectada sin solución. Falsa alarma, por mucho que parezca que me hunda siempre salgo a flote, lo peor de las navidades ha pasado y aquí sigo, vivo, con más ganas de vivir que nunca y con la fuerza suficiente para afrontar con ganas el nuevo año, por que sé que, venga lo que venga, todos estaréis ahí ya sea para sonreír conmigo o para llorar y, por eso mismo, gracias.