¿Dispuesto a vivir?

Vivir significa enfrentarse a la vida. Reir, discutir, sentir. Enfadarse y alegrarse. Opinar. Aceptar y rechazar. Vivir comprende un término base: luchar. Desear no morir. Querer seguir adelante siempre. Vivir significa querer vivir bien. No dejar que el tiempo pase y morir deprimido. Intentemos hacer que nuestra vida sea mejor. Hablemos... No sé, ¿de vivir?

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Querido Partido Popular...


Mira la foto que encabeza ésta entrada. Dos mujeres sonriendo. Sí, sonríen, sí, son felices, sí, están contrayendo matrimonio.

El hecho de querer modificar una ley ya instaurada con ánimo de denigrar a los afectados por la misma no explica más que una forma de intentar volver hacia el pasado y de ignorar que los homosexuales también somos personas y tenemos todo el derecho del mundo a ser tratados con igualdad. Yo no quiero contraer una pareja de hecho, un mero papeleo, quiero contraer matrimonio, una prueba de mí amor.

Con el tiempo y siempre despacio los homosexuales poco a poco hemos conseguido que se nos tenga más en cuenta como personas que somos. El hecho de querer trastocar sus derechos no nos hace más que retroceder al hecho de que necesitamos cambiar, es una forma de intentar afrentar algo que cada día está más normalizado y generalizado con un afán ridículo: Ganar más votos.

Los homosexuales no necesitamos cambiar. Que cambies un nombre no va a cambiar lo que somos, sólo vas a ayudar a la gente que no sabe a quién creer, y a todo ese grupo de retrógrados que te apoyan, a ser un poco más estúpidamente felices, por que mira por dónde pienses lo que tú pienses, tengo clarísimo que somos personas con derechos. Has leído bien, personas. Quédate con ese concepto que a veces se te olvida.

Que intentes modificar el pensamiento colectivo haciéndonos ver como una minoría a la cual manipular a tu antojo solo muestra una cosa: No quiero que alguien como tú me represente, no quiero que alguien que no ve con buenos ojos el hecho de que yo quiera alcanzar mi felicidad a mí manera dicte mi futuro. No quiero como líder a alguien que no es capaz de verme como un ser que siente y padece.

El hecho de modificar una ley establecida es una tontería, una mera pérdida de tiempo para intentar que todos esos individuos que todavía viven en el franquismo crean que realmente mantienes su pensamiento, que estás apoyando a la extrema derecha con tus pésimos argumentos. ¿No te gusta la palabra matrimonio? Llámalo como quieras. Solo estás haciendo una cosa, ganar unos años, desacelerar el proceso de normalización de la homosexualidad que, al final, y con el paso del tiempo, dejará de ser algo excepcional a algo común. Porque sinceramente, que existimos es un hecho, que sentimos otro y por mucho que tú quieras intentar apartarnos no vamos a dejar de estar menos orgullosos de ser quienes somos.

Así que por favor, querido Partido Popular, si realmente no quieres herir sensibilidades, deja al colectivo homosexual tranquilo. Yo, aunque sea gay, también tengo sentimientos, y que me intentes marginar por ser lo que soy, duele, deja mi sensibilidad tranquila. Vais a durar en el poder cuatro años, a lo sumo ocho si la gente no se da cuenta de toda la cantidad de corrupción, mentiras y formas fraudulentas de conseguir beneficio propio que cargáis a la espalda. Deja todo como está y deja nuestras leyes que tanto nos ha costado conseguir en su sitio, para que, cuando caigas, podamos seguir progresando.

martes, 8 de noviembre de 2011

Recuerdos


Nadie es nada sin las experiencias que ha vivido. Cada momento pasado y cada situación anterior acontecida a lo largo de nuestra vida conforman lo que somos en este instante. Las experiencias que tenemos son lo que nos convierten en lo que somos y al final lo único que queda de ellas son su recuerdo.

Es imposible no vivir, y por tanto es imposible no tener recuerdos. Hay acontecimientos que se quedan en nuestras cabezas de una manera más intensa que otra, pero me he dado cuenta de algo, cuando pasa el tiempo y las heridas que las personas hayan podido causarnos sanan, los malos recuerdos desaparecen y solo quedan las buenas experiencias, las alegrías pasadas.

También he descubierto que al igual que borramos los malos recuerdos, cuando alguien no ha hecho más que hacernos daño, llega un día en que le olvidas. Olvidas las razones de lo malo que pudo suceder, olvidas los hechos, y solo tienes un vago recuerdo de esa persona. Muchas veces infravaloramos a nuestra cabeza, pero este mecanismo de defensa frente a malas experiencias es lo que hace que con el tiempo podamos dilucidar la gente que importa de verdad de la que no son nada o simplemente aparecieron en nuestra vida para intentar reventarla.

Al final por una o por otra, cuando el tiempo pasa, nos quedamos con los recuerdos buenos, pues es mejor quedarse con las cosas agradables que vivimos con las personas que con las cosas malas. La vida ya es lo bastante dura como para ir demonizando a las personas.

Todos los días pienso en multitud de gente que ha pasado por mi vida o están actualmente en ella, y que mejor forma de que sigan presentes de alguna manera que honrar a gente que me hizo feliz que mantenerlas en mi memoria, especialmente si las buenas experiencias que pasamos juntos me hacen sonreír o incluso llorar por la alegría de las situaciones.

Al final del día, en tus sueños estás solo, y que mejor manera de afrontarlos que esperándolos con una sonrisa.