¿Dispuesto a vivir?

Vivir significa enfrentarse a la vida. Reir, discutir, sentir. Enfadarse y alegrarse. Opinar. Aceptar y rechazar. Vivir comprende un término base: luchar. Desear no morir. Querer seguir adelante siempre. Vivir significa querer vivir bien. No dejar que el tiempo pase y morir deprimido. Intentemos hacer que nuestra vida sea mejor. Hablemos... No sé, ¿de vivir?

domingo, 30 de enero de 2011

De hurtos y apariciones



Lo tuyo es mío y lo mío es tuyo: ¿Mentira?

Todos en esta vida tenemos una serie de pertenencias que no nos importa compartir pero queremos que nos devuelvan. En esta vida hay cosas que son nuestras, sentimos como nuestras y las dejamos para compartir ese disfrute que nos proporcionaron.

El caso es, nos ha pasado a todos, cuando pasa el tiempo de que has prestado una cosa… ¿Como la pides sin llegar a parecer una mala persona? Especialmente cuando llevas semanas sin hablar con ese colega al que se lo prestaste o, aún mejor, la persona a la que se la prestaste es tu ex-novio y del cual no sabes ni siquiera si realmente está vivo o muerto.

Quiero mis sims de vuelta. Parece una gilipollez, pero si hay un videojuego aparte de los Final Fantasy que compro originales y que hacen que me desestrese y pasen las horas sin enterarme del mundo, son los sims. Hace tres meses le presté al individuo que antes mencioné los sims 3 y la expansión, repito, presté, con ánimo de que me los devolviera aun siendo pareja pues eran míos.
Han pasado ya dos meses desde que rompimos y me dijera que me los mandaría algún día y no me los ha mandado. Me siento gilipollas, pero es lo de siempre. Yo no tengo nada que él me prestara o fuera suyo (de echo de él solo tengo unas botas que me regaló su madre, y si me las pidiera no tardaría nada en mandarle un paquete a su casa con ellas dentro) así que me siento indignado porque no puedo jugar a los sims, hasta tal punto que el otro día iba a mandarle un mensaje pidiéndoselos y me lo impidió el hecho de que borré su número. Jactante, lo sé, pero me irrita sobremanera por que la única cosa que me une a él ahora mismo e impide que lo olvide de todo es esa gilipollez.

Aparte de este estado de alteración que me provoca el hurto de la propiedad prestada hay que añadir la de una situación surrealista a más no poder que me ha sucedido esta misma tarde. Iba andando yo por la calle tranquilo, cuando me llama un número desconocido. Por supuesto no lo cogí. El caso es que me vuelve a llamar más tarde se lo cojo y… ¡Toma conversación de besugos! Que si quien eres, que sí, que soy Dani. ¿Qué Dani? Dani. ¿Y tú? Pedro. ¿Qué pedro? Pedro La Cruz. Ah, vale. ¿Y tú que Dani? Pues yo Dani, de Madrid. Ah, vale, siento haber molestado. Cuelga.
Tras esto me siento gilipollas y las razones son muy sencillas. Claro que conocía a ese tal Pedro. Se trataba de un chaval de valencia al cual conocí hace seis años. Hablábamos mucho y fuimos muy amigos. Al final la amistad se perdió por la distancia y volví a saber cosas de él hace unos tres años, que hablamos un día por msn y fin. ¿Cuál es mi problema con esto? Que no entiendo que cojones hace con mi número todavía después de tres, casi cuatro años sin saber nada de su existencia. Yo por supuesto no tengo su número, lo debí de perder en el proceso. ¿Por qué me hice el tonto? Porqué tengo el día malo y no tenía ganas de reencuentros superficies o lo que cojones fuera eso, pero también porqué él se hizo el idiota primero.


Lo que es tuyo es tuyo y lo que es mío es mío: ¿Verdad?


P.D.: No quiero ser dramático, pero la semana que viene a mi ajetreada vida de trabajar y estudiar se unen las clases de teatro e ir al gimnasio todos los días. Lo digo por si no vuelvo a escribir nunca más, ya sabéis… :P

P.D.2: Si alguien sabe porque los platos implotan solos o por que las cosas se pueden ver desaturadas durante unos minutos haciendo tu vida todavía más surrealista, que se ponga en contacto conmigo. Eso o tenemos un postergay en casa.

sábado, 22 de enero de 2011

Música



La música es algo apasionante. Cada persona tiene una serie de canciones preferidas y, dependiendo de la persona, son capaces de escuchar la misma canción durante horas, o de enfadarse en cuanto se repite el mismo ritmo. Todos tenemos unos autores preferidos que cantan o componen unas leras distintas. Algunos mas lentos y algunos más rápidos. Pero la música, como la vida, y una multitud de cosas más, es efímera.

Mi antigua relación se ha unido a esa regla de la vida en lo que todo se termina ya que los gritos del pasado se han convertido en ecos en el presente. Antes tenía su nombre en la punta de la lengua, acuchillándome a cada segundo que pasaba, ahora simplemente aparece de vez en cuando, cubierto de una losa de granito difícil de remover y que hace que hasta se me trabe la lengua al decir su nombre, como algo incomodo.

He decidido que en esto de vivir algo efímero somos nosotros los que determinamos cuando ponerle fina una cosa y, que con nuestra determinación, somos los responsables de que sea algo factible.

Llevo una semana sin llorar, una semana sin dolor, haciendo que mi mente se ocupe en otros asuntos bastante más entretenidos y lo mejor de todo, llevo unos días sin poder parar de escuchar dos canciones totalmente distintas que parece han marcado metafóricamente mi evolución. A principios de semana Jason Walker con “Down” dominó mi rutina diaria, con sus notas tristes, su letra tranquila, su desolación silenciosa. Sin embargo, según llegábamos a mitad de la semana surgió Roxette, con su nuevo single “She's Got Nothing on (But The Radio)”, con su excéntricidad, su ritmo acelerado y esa alegría que me recorre los huesos cuando la oigo.

En eso se ha basado esta semana, en una línea que ha ido ascendiendo según avanzaban los días. El caso es que, como la semana anterior no hay novedades en cuanto al entorno personal actual. Solo hay multitud de ventanas abiertas, algunas más que otras, desde las cuales poco a poco están empezando a sonar melodías distintas. Son como sirenas, llamándome. El caso es que creo que soy un poco teniente, por que me he cansado de falsos sonetos y, pese a que el sonido que proviene de alguna de ellas es realmente hermoso, conmovedor, y lleno de lujuria, no puedo olvidarme de mantener los pies en la tierra. A partir de aquí ya nadie juega conmigo, se trata de empezar a vivir tranquilo, mantener los pies en la tierra un tiempo hasta que, cuando realmente me vea capaz de ello otra vez, alzar el vuelo como meses atrás prometí y conseguir volar tranquilo, mientras el viento me tararea su canción. ¿Alguien volará conmigo? No lo se. Quizás no lo necesite y estemos solo el viento y yo.

sábado, 15 de enero de 2011

Imperfecciones



A lo largo de la existencia, de nuestra vida, evolucionamos, cambiamos y nos transformamos. Poco a poco vamos depurando nuestras imperfecciones y haciendo otras más visibles que, posteriormente, modificaremos. El ser humano es imperfecto y en eso está su gracia. Todos somos imperfectos y yo, como ser humano, pero por mi mentalidad añadida, soy muy imperfecto.

Las cosas me están yendo bastante bien. La convivencia con mis nuevas compañeras de piso es amena y agradable, además de que al parecer nos aguantamos y nos podemos decir las cosas que es lo más importante.
Respecto al trabajo me han contratado para al menos tres meses con un sueldo muy, muy, decente (podríamos decir que incluso exorbitado para mí ahora mismo)y además trabajando desde casa. El trabajo es un poco pesado pero me gusta porque voy en una continua contra reloj, lo que significa que me voy a estresar, y eso me encanta.
No me puedo quejar de mi vida ahora, pero si me quedase solo en eso sería todo como demasiado perfecto. Las cosas materiales a mi alrededor van bien ahora mismo, sin embargo ahora viene la parte graciosa, la parte imperfecta de mí que se dedica a hacer más graciosos mis días, una parte realmente entretenida.

Poco a poco voy teniendo a Jaime más fuera de mis pensamientos. De vez en cuando lo nombro pero ya no tiene las connotaciones que tenía hace un par de días. Me sigue doliendo, pero creo que me dolerá durante toda mi vida. Es eso del amor, que realmente nunca se olvida, y nunca le olvidaré, pero llegará el día en el que no me dolerá, que podré recordarlo con añoranza y sonreír.
Esto me lleva a que ahora mismo me estoy embarcando en un nuevo drama personal. Un drama de estos que a mí me gustan, relacionados con el amor. Hace un tiempo conseguí robarle un beso a alguien y ahora creo que estoy intentando que mi hurto pase a ser de dimensiones un poco más extensas… ¿Problema? No puedo contar nada hasta que termine, quien sabe si bien ni mal, pero antes o después terminará. Espero que acabe bien para que dentro de un tiempo pueda escribir como ahora, con cierto ánimo de fondo, si no, a una mala vendrá otra época oscura, pero esas también gusta leerlas.

Cosas de ser imperfectos, que no podemos prever realmente como nos van a responder.

lunes, 3 de enero de 2011

De luz y lágrimas



Jamás me dijeron que un corazón roto tardaba tanto en sanar. Ha pasado un mes desde que la que se suponía era la persona que me acompañaría el resto de mi vida me dejó de lado y lo más triste es que aún sigue doliendo.
Pensaba que un corazón roto era una metáfora, pero no, no lo es. La diferencia a que te lo partan literalmente con un bisturí es que no hay sangre, solo hay lágrimas. Lágrimas que hacen que el estomago se te encoja y los ojos se te enrojezcan cuando luchas por qué no salgan. Lágrimas que hacen que tu cerebro deje de tener pensamientos coherentes, que odies y ames al mismo nivel, que sufras.
Cuando dejas de llorar puedes llegar a sonreír. Es la primera vez que alguien me parte el corazón de verdad, y es la primera vez que me está doliendo tanto. Por supuesto el dolor se lleva en silencio, pues la profesión es interna, pero cuando estás solo y no hay nadie quien pueda verte los sentimientos afloran y no puedes evitar el no llorar por la pérdida.
Aún con todo llevo unas noches en las que ya no lloro. Supongo que es porque no me quedan más lágrimas o, mejor aún, porque me he dado cuenta de que llorar no cambia nada excepto para mojar la almohada.
Es por ello que he decidido intentar dejar de pensar en él. Aún no he sido capaz de borrar su número de la memoria del teléfono (algún día lo haré), pero eso no quita que haya visto un resquicio de luz.
Las conclusiones que comentaba la semana pasada han sido resueltas y de manera satisfactoria. Me han dado la beca, con una cuantía menor de la esperada pero bastante para tirar adelante; voy a firmar el contrato de trabajo el día diez, y es más que probable que pueda trabajar desde casa; también me han dado las pastillas para dejar de fumar, valoradas en 300 euros, gratis, ya estoy tomándolas, y espero que no acabe sufriendo nada de lo que decía el prospecto o terminaré, literalmente muerto; y por último y no menos importante, de hecho es lo más importante, la bolsa de la vivienda han admitido a mi padre como aval, lo que significa que voy a poder dejar el piso con mi familia para irme a vivir con unas amigas y, de esa manera, poder vivir de verdad.
En la vida hay cosas que hacen que estés triste, pero de igual manera hay multitud de situaciones que pueden llegar a hacerte sonreír. No se trata de quedarse con lo bueno y apartar lo malo, se trata de valorar ambas, aceptar ambas y, una vez entiendes el calibre de los acontecimientos, ver la luz tras las lágrimas.